martes, 7 de julio de 2009

SUPLEMENTOS

La primera pregunta que viene a la mente es: ¿Son necesarios para nosotros o para nuestros hijos? La respuesta es: depende de las circunstancias.

Hoy en día existe toda una cultura de consumismo grosero y ésta no es ajena a temas relacionados con la salud y la alimentación. Las vitaminas, minerales, alimentos vitaminizados, y afines son adquiridos y ofrecidos sin ningún criterio válido, se nos quiere crear la necesidad de productos “enriquecidos”, cuando lo cierto es que en ocasiones ni siquiera son necesarios, se nos quiere hacer creer que tomar vitaminas hasta por gusto es mejor que no tomarlas, se nos quiere hacer creer que con los suplementos podemos suplir la falta de responsabilidad y protagonismo que mostramos en la correcta alimentación de nuestros hijos y de nosotros mismos; el mensaje nunca estuvo mas distorsionado.

Las vitaminas, minerales, proteínas, etc. son útiles siempre y cuando el cuerpo las requiera, y este aspecto sólo lo puede determinar un profesional especialista en el campo de la medicina y la nutrición, no un anuncio publicitario o una promotora de ventas de un supermercado. Si somos responsables con nuestra alimentación, entiéndase, si proporcionamos adecuadamente nuestro consumo de nutrientes durante el día, si tenemos un balance adecuado de proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas, minerales, fibra, fluidos, etc., no tenemos necesidad de ingerir por otra vía lo que provee nuestra alimentación, cosa que ocurre también con nuestros hijos.

Los suplementos como todos los alimentos requieren ser digeridos y para ello el sistema digestivo invierte energía, seria absurdo pretender obtener energía, que es la finalidad de la digestión, e invertir energía innecesariamente para absorber algo que el cuerpo no necesita. Por otro lado algunos excesos pueden ser nocivos, por ejemplo el abuso de vitamina A puede causar intoxicación, con síntomas como coloración amarillenta o naranja de la piel, a predominio de plantas y palmas, descamación de la piel del rostro, e irritabilidad, lo que se conoce como hipercarotemia o intoxicación por vitamina A.

De modo tal que no es un tema de tomarse tan a la ligera, ni tan inocuo como puede parecer; el consejo es que si cree que existe la necesidad de suplementarse, es mejor primero consultar a un especialista, pues no se puede culpar solamente a la falta de suplementos, de algunos síntomas como cansancio, dolores de cabeza, mareos, palidez, desgano, insomnio, etc., ya que pueden ser otros los causantes, y lo responsable es identificarlos para poder tratarlos adecuadamente.


Dr. José Antonio Angulo Carrillo
CMP 35693