martes, 18 de agosto de 2009

TRATAMIENTOS RELAMPAGO VS ESTILO DE VIDA

El verano es la temporada propicia para “arriesgarse” en probar aquellos “métodos” que nos garanticen una perdida rápida de peso; entre varios de estos tenemos los de mayor demanda, las pastillas y cócteles recomendados por algunos “profesionales de la salud” como parte necesaria dentro de sus protocolos de tratamiento, basados fundamentalmente en mezclas de fármacos como la anfetamina y derivados, hormona tiroidea y derivados, cafeína, diuréticos, el de uso mas común la furosemida (lasix), inhibidores no selectivos del apetito, entre otros.

Al respecto es importante advertir de los probables riesgos de salud, al consumir este tipo de preparados, los mas frecuentes son las taquicardias (aceleración del ritmo cardiaco en reposo), mareos, eventual sensación de nauseas, temblores musculares repentinos e involuntarios, sensación de fatiga extrema, y de excederse con las dosis (distintas para cada persona), hasta un potencial riesgo contra la vida.

Otro aspecto importante sobre este tipo de tratamientos es que, de tolerarlo, obligan al metabolismo a mantener “artificialmente” un manejo y balance de fluidos (agua), metabolismo de grasas, absorción de nutrientes, secreción de hormonas (tiroideas, andrógenos, progesterona y estrógenos), metabolismo de carbohidratos y proteínas, etc., que difícilmente podrán mantenerse en el tiempo al dejar el estimulo inicial de los fármacos.

La consecuencia más frecuente es la del conocido “rebote metabólico”, es decir, la pronta recuperación del peso perdido, y en ocasiones hasta mayor peso del perdido durante el tratamiento, por “supresión brusca” de líquidos y nutrientes durante el mismo.

Sin embargo, esta no es la peor parte, acrecentamos el problema, pues nos acostumbramos a “soluciones relámpago” a riesgo de nuestra propia salud, y nunca corregimos nuestros pésimos hábitos alimentarios, ni nuestro desordenado estilo de vida; sentamos esta conducta en lo más profundo de nuestro inconsciente sin percatarnos que poco a poco nos hacemos “frecuentes consumidores”, verano a verano de este tipo de soluciones.

Los mejores progresos son los que se logran paulatinamente, con el tiempo necesario para corregir nuestros estilos de vida y cambiar nuestros malos hábitos de a pocos sin crear ningún tipo de estrés metabólico que ponga en riesgo nuestra vida.
Fomentar la buena alimentación, alejarse del sedentarismo, y descansar las horas adecuadas, son parte de una fórmula antigua pero efectiva; no vale la pena arriesgar su salud por unos centímetros menos de barriga. Evalúelo y busque siempre una orientación responsable y profesional.

Dr. Antonio Angulo C.
CMP 35693