viernes, 28 de agosto de 2009

LA VERDADERA IMPORTANCIA DEL AGUA

¿Qué tan importante es el agua? Es una pregunta que todos nos hemos planteado en uno u otro momento y que podemos resumir en la siguiente frase: Podemos sobrevivir sin probar alimentos más allá de un mes pero no llegaríamos al tercer día sin agua.


En efecto, así de importante es el agua que por otra parte ocupa los dos tercios de nuestra composición corporal y no creo que sea casualidad que el planeta en el que vivimos también esté formado en sus dos tercios por agua. Ciertamente la naturaleza es sabia y nos indica que esta proporción debe mantenerse para tener un estado óptimo de salud.

Por otra parte siempre surge la duda acerca de si debemos contabilizar el agua no pura –léase jugos, gaseosas, refrescos, infusiones y bebidas en general-. Ciertamente irán a formar parte de nuestras entradas de agua al organismo pero debemos tomar con pinzas este hecho ya que muchas de ellas pueden traer consigo otras sustancias que no nos conviene acarrear en exceso.

Por ejemplo, si nos enfocamos en las gaseosas podemos ver que nos engordarán y, claro, alguien puede salir a defender a las gaseosas llamadas “light” que ciertamente poca o ninguna azúcar importante tienen, pero el enemigo oculto está en el agua carbonatada que por su composición molecular resulta de dificultosa eliminación por parte de nuestro organismo, el cual se verá obligado a apelar a la retención de más agua para poder trabajar en su eliminación. Otras bebidas como los refrescos nos pueden traer sin darnos cuenta un exceso de minerales que finalmente se traducirán en retención de líquidos por parte de nuestro organismo también, generalmente en la zona abdominal.

La importancia de consumir agua pura también radica en el hecho de que la necesitamos para asistir a nuestro organismo en casi todos sus procesos metabólicos además de ser necesaria para la eliminación adecuada de los productos de desecho de los mismos. Cuando el organismo no cuenta con suficiente dotación de agua, los riñones no pueden efectuar a cabalidad el proceso de filtrado y se ven obligados a solicitar la intervención del hígado, cuya función de eliminar las grasas tiene que ser pospuesta ya que es prioritario ayudar a los riñones a eliminar las toxinas del cuerpo.

Si estas toxinas se acumulan entraríamos en un peligroso estado de uricemia (exceso de toxinas en sangre) que, entre otras cosas, acarrea la retención de aún más líquidos, sin mencionar posibles males como la gota y demás procesos relacionados a la artritis. Otra propiedad importante del agua y que seguramente será de mucho interés para el sexo femenino es la elasticidad que le otorga a la piel. Si el consumo de agua es poco, pues nuestro organismo echará mano del agua que se encuentre dentro de él mismo y uno de los sitios preferidos de obtención es la piel ya que al organismo le interesa básicamente la supervivencia, muy por encima de la estética y, ciertamente, el agua subcutánea es prescindible en estos casos.

Como vemos, el agua en su estado puro es crucial para mantener un estado saludable y en equilibrio. Durante una dieta es aún más necesaria y en este proceso notaremos que el organismo nos solicita más agua, algo perfectamente natural. Otro apunte que podemos hacer es que el consumo diario y regular de agua nos ayudará a torear a uno de los mayores enemigos de las dietas como es la ansiedad permitiéndonos no “picar” entre las comidas y es que muchas veces el inicio de la deshidratación se confunde con la sensación de hambre.

La próxima vez que tengamos uno de esos “cravings” probemos bebiendo un par de vasos de agua. En general, una medida consensual para la ingesta de agua será dividir nuestro peso entre 30 y el resultado será el número de litros de agua pura –aproximados dependiendo de nuestras actividades- que debemos consumir diariamente, distribuyéndola a lo largo del día.


Mauricio Martínez
Personal Trainer
mauriciomartinez3@hotmail.com